Que tiempos estos los que estamos viviendo, ¿cuando nos íbamos a imaginar vivir una pandemia de estas proporciones?. Algunos somos muy afortunados de poder seguir trabajando en casa, con todo lo que ello implica.
Personalmente he pasado por una serie de sentimientos que ya contando casi 1 mes desde que comenzamos la cuarentena voluntaria creo que los he experimentado todos, al principio me sentí tranquila de poder trabajar en casa, le pedí a nuestra nanita que hiciera cuarentena con goce de sueldo, y nos las comenzamos a arreglar con mi hija mayor para coordinarnos con el aseo, y orden del hogar. Hablamos del coronavirus con las chicas, tomamos precauciones para abastecernos con respecto a las compras programadas, y comenzamos a ser más consciente de lo que cocinábamos y guardábamos: ahora nada se pierde.
La segunda semana ya no fue tan sencillo, la exigencia laboral de un minuto a otro aumentó, y si bien, las horas que pasaba normalmente trasladándome de mi lugar de trabajo a mi casa las tengo ahora «libres», pronto me dí cuenta que estaba trabajando más de lo que usualmente lo hacía en la oficina, a nivel laboral. Y ahora además de aseo, desayunos, almuerzos y cenas, le estábamos sumando un item más no menor: Tareas del Colegio, y vamos que en el caso de nuestros chicos, se agrega un extra: Las terapias.
Y asi comenzó a surgir esta telelocura de querer hacerlo todo vía remota, clases remotas, reuniones remotas, terapias remotas, tratando de normalizar nuestras rutinas en un tiempo donde NADA es normal.
Afortunadamente las terapeutas de Ema han sido super conscientes, hasta ahora no tenemos ninguna sesión de teleterapia, sino que han sabido orientarme en como apoyar el trabajo que veníamos realizando (con su fono), y como apoyar y adaptar las actividades solicitadas al ritmo y forma de aprendizaje de Ema (con su educadora diferencial).
Pero no me puedo imaginar a aquellos que tienen más de 1 hijo pequeño, porque yo tengo 2, Ema, que tiene 8, y Chrismari que tiene 16, Chrismari se autogestiona, pero Ema necesita apoyo en la realización de sus tareas, y no sólo porque tiene Síndrome de Down, que para mi es lo de menos, sino porque: está en primero básico, y es que pareciera que a los colegios se les olvidó adaptar el requerimiento de los contenidos al proceso que estamos viviendo.
No señores, no es posible rendir de la misma forma. ¿Habrá consciencia de eso?, de verdad que me lo pregunto.
¿Cual es la OBSESIÓN con mantener las rutinas que llevábamos antes si lo que estamos viviendo no tiene precedentes?. ¿Será que nadie ha pensado que con tanto estrés vamos a quebrar nuestro sistema inmune, lo que justamente menos necesitamos que pase ahora?.
Segunda semana y…
- tiempos de iPad liberados,
- se cocina para dos días,
- ya me da lo mismo que no se duerman a las 8:30pm,
- nos relajamos, y nos adaptamos a este nuevo periodo creando *nuevas* rutinas.
Tercera semana, e «Intento», y digo intento porque cuando logro la siguiente rutina que quiero compartir con ustedes me siento espectacular, me levanto 2 horas antes de mi jornada laboral, suponiendo que entro a las 9, a las 7 estoy en pie y aplico algo que leí hace mucho tiempo pero que ahora me ha ayudado muchísimo y es lo siguiente:
- Comienzo el día con 10 minutos de silencio, usualmente son 10 minutos (cronometrados) de simple respiración consciente, o agradecimiento… y agradezco todo: el agua, las sábanas, el lugar donde vivo, un nuevo día sin coronavirus, o tener a mi lado durmiendo a esta personita que adoro (aunque a veces no pueda dormir bien de lo que se mueve jajaja)… usted elija cual.
- Sigo con 10 minutos de afirmaciones… y una afirmación no es sólo «soy una persona excelente para esto»… para mi una afirmación es hasta: Soy afortunada de poder contemplar una nueva mañana… (llámenme loca pero de verdad que me funciona, para mí, es cambiar el chip, dejar la quejadera y empezar a vibrar en positivo).
- Sigo con 20 minutos de ejercicios: Yoga, pesas, rutinas de internet… bailar incluso si te sirve, lo importante aqui es moverse, y hacerlo por tí, por tu salud, por tu bienestar. Esto no necesito cronometrarlo porque usualmente ya me cansé al minuto 15 jajajaja!
- Me regalo 10 minutos de lectura…
- Y luego, 10 minutos de escritura, de lo que leí, de lo que tengo que hacer… mi homeoffice está lleno de post it’s en la pared, y mi cocina tiene lugares escritos con plumones de pizarra…
- Ducha, Café, y a comenzar el día.
Lo anterior no se me ocurrió a mí, lo leí en un libro que se llama The Miracle Morning the Hal Elrod, y es mi adaptación de lo que llama SAVERS (Silence, Afirmations, Visualizations Exercise, Reading and Scribing: silencio, afirmaciones, visualizaciones, ejercicios, lectura y escritura), y como darte 1 hora para tí al comienzo del día puede lograr cambios en tu vida.
Y chic@s, a lo que quiero llegar es que ésta situación no es fácil para nadie, debemos priorizar lo importante para cada quien, y debemos velar por mantener un equilibrio mente y cuerpo.
No se trata de dejar las actividades del colegio ni las terapias «botadas», se trata de bajar las revoluciones, y de lo que siempre pedimos con respecto a nuestros hijos «respetar sus tiempos», pase a ser un «respetar nuestros tiempos». Cumplir, sin que la exigencia pase a limites que no son sanos.
Les deseo a TODOS mucha salud, mucha lucidez para aprovechar de la mejor manera el tiempo que tenemos, sobre todo con nuestros hijos, porque olvidé decir, que a pesar de todo el estrés, mis niñas están felices de que estemos las 3 en casa, Ema ha avanzado incluso en la lectura, ambas colaboran más con las actividades del lugar, y lo más lindo? ambas incluso comparten más entre ellas a pesar de la diferencia de edad…. y yo, observo, vivo y tomo todas estas experiencias de vida para valorar mas lo que tengo, lo material y a los que están ahí, y las guardo en mi corazon.
Porque nada es seguro, creemos que somos eternos, creemos que siempre tendremos tiempo, vivimos bajo el velo de tener el control de todo, y la verdad, es que jamás lo tendremos.
Se les quiere.