Sin duda que una de las primeras cosas con las que debemos lidiar cuando nos convertimos en padres son los comentarios de los demás…. Si el bebé quiere estar mucho rato en brazos «es muy regalón», si sólo quiere estar con su mamá: «es un mamón» (aunque debería entenderse como que el vínculo afectivo con su madre es muy importante aún, en fin..), que si está gordito, ó flaquito… y así vamos sumando…
Pues bien, lo que creo que muchos padres coincidirán conmigo es que el típico comentario cuando nos ven con nuestro hijo, que nació con trisomía 21 es: «Dios te ha mandado éste angelito», ó «Es un Angelito»…. y hay quienes profundizan con: «Ellos siempre están alegres», y así, con el pasar del tiempo el famoso comentario va siendo cada vez más intolerable para nosotros, los padres, ó quizás yo soy más complicada…
«Nuestros niños NO SON angelitos», «Nuestros niños NO siempre están alegres»… Nuestros hijos lloran, patalean, alegan, pelean, hacen sus rabietas como cualquier otro!. Es discriminatoria la asociación de nuestros hijos con ángeles, porque en el fondo del comentario creo que hay cierta cantidad de lástima… hubo un momento en el que yo comencé a interpretar el dichoso comentario con: «Que lástima que tu niño nació con Síndrome de Down, pero no te preocupes, debes estar agradecida porque Dios te mandó un angelito».
Así que si usted es pariente, ó, conoce a alguna persona con síndrome de down o mejor aún, papá ó mamá de éste, pues Usted! si usted! no lo diga 😀
Y para tí papá/mamá, respira honda, y dale la gracias por el comentario, cuéntale que tienes (si tienes claro) otros «angelitos» en casa, y que ellos, junto con éste se sacan las alitas de vez en cuando!! (más de lo que ellos pueden imaginar).
Los niños con síndrome de Down tienen los mismos sentimientos que cualquier otro, se alegran, se enojan, se entristecen, los niños con síndrome de down aprenden a: Caminar, correr, comer, a dejar los pañales, a escribir, a leer, a trabajar… y vamos, hasta a ir a la Universidad.
El siguiente es un post de una mamá que tuvo una particular experiencia con un comentario de otra señora, que estando embarazada y con cuarenta y tantos años de edad estaba segura (por la edad) de que su hijo nacería con ésta condición… Ah! que por cierto, no tiene que ver siempre con la edad de la madre, cuando tuve a Ema, yo tenía 30 años.
Mi hijo con síndrome de de Down no es un regalo de Dios (En inglés), pero puedes traducirlo usando Google: My child with down syndrome is not a gift from god
Finalmente, todos nuestros hijos son un regalo, de Dios, de la vida, tenga o no tenga una condición genética particular, lo son, pero cuidate de la forma en que haces el comentario. Evita los: «angelitos», «niñito down» ó cualquiera que se le parezca. Nuestros hijos son seres humanos hechos de carne y hueso. Es mi humilde petición.